- 24 de octubre de 2025
Las personas trabajadoras del hogar deberán evaluar los riesgos laborales antes del 14 de noviembre
A partir del 14 de noviembre de 2025, las personas que tengan contratadas personas trabajadoras del hogar estarán obligadas a evaluar los riesgos laborales presentes en su vivienda y adoptar las medidas preventivas necesarias para garantizar su seguridad y salud, conforme al Real Decreto-ley de 10 de septiembre de 2024, que regula la protección en el ámbito doméstico.
Se trata de una nueva obligación legal que marca un hito en la equiparación de derechos en materia de prevención de riesgos laborales entre el trabajo doméstico y otros sectores profesionales.

Evaluación y medidas preventivas: las primeras exigencias
El decreto establece que los empleadores domésticos deberán identificar los posibles riesgos asociados al trabajo en el hogar (caídas, manipulación de productos de limpieza, exposición a ruidos o cargas físicas, entre otros) y documentar por escrito las medidas adoptadas para prevenirlos.
Una copia de esta evaluación deberá ser entregada a la trabajadora. Además, será obligatorio proporcionarle equipos de protección adecuados al tipo de tareas que realiza, como guantes, mascarillas o calzado antideslizante si fuera necesario.
Para facilitar el cumplimiento de esta obligación, el Ministerio de Trabajo ha puesto a disposición una herramienta gratuita en el portal Prevencion10.es, donde los empleadores pueden realizar la evaluación de forma guiada y sencilla.
Formación y revisiones médicas: aún sin fecha
Aunque el Real Decreto-ley también prevé la formación en prevención de riesgos laborales y la realización de reconocimientos médicos gratuitos cada tres años, estas medidas todavía no han entrado en vigor.
El SEPE trabaja en una plataforma digital para ofrecer la formación, mientras que el Ministerio de Sanidad debe desarrollar la normativa que regule los reconocimientos médicos para este colectivo, garantizando que no supongan un coste para la persona empleadora ni para la trabajadora.
Un paso hacia la profesionalización del trabajo doméstico
Esta reforma responde a una demanda histórica de equiparación de derechos en el sector del empleo doméstico, uno de los más feminizados y con mayor precariedad laboral.
Por primera vez, se reconoce la responsabilidad preventiva del empleador doméstico, adaptada al entorno del hogar y con herramientas accesibles para su cumplimiento.
Reflexión final
Para los asesores laborales y expertos en prevención de riesgos, esta medida supone un cambio significativo: el ámbito privado pasa a integrarse en la estructura formal de la prevención laboral.
Más allá del cumplimiento normativo, esta obligación plantea un reto cultural: asumir que el hogar también es un lugar de trabajo y que proteger la salud de quienes lo mantienen es una responsabilidad legal y ética que no puede posponerse.